En cualquier conversación que se precie sobre últimas tecnologías o gadgets seguro que escucháis el impronunciable nombre wearable, o al menos, alguien mencionará el último modelo del que ha escuchado hablar. Hoy, después del salto, hablo en detalle sobre la moda de los wearables y algunos ejemplos curiosos. ¡Adelante!
¿Qué son los wearables?
Los wearables (del inglés llevables, ponibles o vestibles) son dispositivos electrónicos conectados con el aspecto de prendas de vestir o de accesorios, y que normalmente llevamos puestos, como son pulseras, relojes, anillos, pendientes, camisetas, gorras, gafas, etc.
Ejemplos de wearables
Las funciones de un wearable son diversas. Los primeros wearables que llegaron al mercado (y los más extendidos en la actualidad) son las pulseras o fitbands que monitorizan la actividad física que realizamos a lo largo del día y envían toda esa información a nuestro teléfono, de modo que podemos conocer los pasos que damos a lo largo del día, las calorias que quemamos, las horas que dormimos y la calidad de nuestro sueño, nuestro pulso o la presión sanguínea.
Pero no todos los wearables son dispositivos de plástico. Por ejemplo, la marca Swarovski los ha integrado en sus joyas de cristal, uniendo moda y tecnología, y el resultado es este:
https://www.youtube.com/watch?v=3IGa2xTW4H4
Tras el fracaso de las Google Glass, los relojes inteligentes o smartwatches son el siguiente ejemplo de wearables que están empezando a encontrar su mercado, y en este caso, sus funciones son mucho mayores. Recibir notificaciones desde el teléfono, consultar donde nos encontramos, fitness tracker, mensajes, calendario, o reproducir música a distancia son algunas de sus funciones.
Además de objetos elegantes y de gran interés para el sector de la moda y la tecnología, las utilidades de estos últimos dispositivos para la medicina y la salud son más que evidentes (lo que ya se conoce como e-health o e-salud), desde la localización de personas que se desorientan con facilidad al seguimiento de los niveles de azúcar en una persona con diabetes.
Pero no todo se limita a relojes y pulseras. Existen otros dispositivos que, si bien la mayoría están todavía en desarrollo o su utilidad actual es escasa, en un futuro podrían formar parte de nuestros accesorios habituales.
Uno de estos ejemplos es el anillo NFC, que, como indican en su página, te permite abrir la puerta de casa (si su apertura es electrónica, claro), desbloquear el teléfono, transmitir información o conectar con personas.
Otro campo dentro de los wearables en el que se está trabajando de cara al futuro es el de la ropa inteligente. Actualmente conocemos los primeros ejemplos que van a salir al mercado, como esta camiseta que gracias a su tejido inteligente regula la temperatura que percibimos, de modo que no sería necesario el uso de calefacción o aire acondicionado, o este bikini que, gracias a un sensor, mide la radiación solar y te avisa cuando debes protegerte del sol.
Sin duda, si combinamos tecnología y moda las posibilidades son infinitas. Solo el tiempo dirá si se trata de otra evolución en nuestra forma de vestir o es simplemente una moda más.
Derechos de la imagen: «Wearable technology for the wrist», foto de Intel Free Pres con licencia CC BY-SA 2.0